Herramienta de alto calado intelectual que permite tomar la parte y convertirla en el todo. El empleo de la generalización es generalizado. La emplea todo el mundo en todo el mundo. Porque la generalización es la mejor manera de obtener verdades sólidas aplicables a cualquier faceta de la vida.

La emplean el político y el peón, la matrona y el callista, el gitano y el payo, los machistas y los más machistas, los ladrones y los policías, el juez y el reo, el cura y el impío, el inmigrante y el ex inmigrante, tus tíos y tus otros tíos. Unos crean generalizaciones y otros se adhieren a las que perdieron el copyright con el desgaste de la pedrea secular. Todos, en mayor o menor medida, generalizan. Generalizando, generalizamos.

El generalizador creador es capaz de definir la más compleja de las situaciones vitales tras un somero reojo. Economía, política, relaciones internacionales, interpersonales, sociales, naturales, mates, física y química, lazos sanguíneos, enrevesados complejos psicológicos, corrientes de pensamiento, demografía, Malthus, Marcuse, Manolete, las Mamachicho, Machado, y lengua. Sí, sobre todo lengua. Todo, absolutamente todo es ponderado por el generalizador creador con el fin de poder extraer quirúrgicamente las piedras angulares de la humanidad. En su conjunto.

Más no es monopolio de sapientines. Los usuarios de la generalización son capaces de identificar las partes y extrapolarlas al universal que, tras el arduo trabajo academizante del generalizador creador, salva los muros de la anonimancia y el ignorato para conquerir la alcazaba de lo insoslayable.

A mano de todos, la generalización ayuda a la comprensión y resolución de los problemas a los que se enfrentan los individuos en su cotidianeidad. ¿No es maravillosa la licra de los paños menores de la generalización que se ensancha para abarcarlo todo pero se ajusta a las intimidades de cada uno? Sin nunca darse de sí.

Comienza la vida del practicante de la generalización con un exhaustivo aprendizaje de los majestuosos cánones del dogma generalizador. A modo de juego, chascarrillos, chanzas, refranes, chistes y canciones se entremezclan con advertencias, cuentos y sustos para ir sentando la base imprescindible que permitirá posteriormente llegar a la conclusión de que Caperucita la Roja lo estaba pidiendo a gritos.

Tan poderosa es la verdad generalizante que sus creadores y usuarios la tratan con la mayor de las cautelas, evitando de este modo confusiones que pudieran llevar a funestos tropiezos.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, cómo le llevan repitiendo con pringosa regularidad al Hombre Araña desde hace sesenta años. Y es por ello que las autoridades, instituciones, cuerpos del estado y voces reputadas que tienen un papel crucial en el desarrollo armonioso y próspero de la humanidad sólo hacen uso de la generalización bajo el más riguroso escrutinio científico y moral. Repudian la manipulación maniquea que la maleva generalización podría dar lugar a y se repugnan del uso perverso de la misma, castigando con la ignominia a todo aquel que la usara y abusara.

Y es por todo ello por lo que podemos confiar en cualquier generalización y entregar nuestras vidas y procederes a sus sabios y benevolentes tentáculos.

En general.

O no.

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Cosas de Viejo
De vocación sus labores, este viejo podría haber hecho algo de provecho si no hubiera sido él mismo. Podría haber sido el peor de los periodistas si no se lo hubiera propuesto. Podría haber sido un gran hombre de ciencia si la inteligencia, el talento, la tenacidad y una mente despierta le hubieran acompañado. Podría haber sido un artista si hubiera gozado de la impostura. Es por eso que es arduo poner notas biográficas de quien apenas ha vivido.

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