Atiende. El pavo del que hablo tiene por mote Jodini. Sí. No está muy currao. Se ve a la legua que es una mezcla entre joder y Houdini. Pa el que no sepa quien era Houdini que se ponga las pilas en la wikipedia o, si es más dado al sensacionalismo de usar y tirar, que vea el documental del canal Historia en el siguiente vídeo.

Jodini, el de la Cerve, recibe el apodo porque también es un escapista de tomo y lomo. A diferencia de Houdini, el nuestro está especializado en escaparse cuando la situación se pone jodida. A diferencia de otros escapistas, Jodini no es Escaqueini. No se escaquea a la hora de pagar ni de arrimar el hombro. Él está especializado en la fuga ante la estupidez.

Si una discusión en la Cerve deja la cabeza para pasar por las tripas y llegar hasta los cojones y Jodini es parte de ella. O si está en su casa y la parienta comienza con la andanada de reproches y quejas. O si al jefe le entra un ataque de leccionismo o de quemalstatodoísmo. Si se ve envuelto en un fuego cruzado entre la fanfarria del cuñado ideólogo y la cascarria de la nuera influencer. En estas, y otras tantas ocasiones, nuestro jodido Houdini, saca su arte a pasear y desaparece.

Cada situación y cada momento requieren de una técnica distinta, confiesa el imperfecto. Si es una discusión en la Cerve simplemente desaparece ayudado por la algarabía trifulquera. Si es en el trabajo, finge una llamada ineludible, si es en una comida familiar sale a fumar. Jodini no fuma, pero se esfuma. Es la única persona que conozco que lleva un paquete de tabaco para poder escaparse. Jodini se compró un perro para sacarlo a pasear. No le gustan los perros, pero es una excusa ideal para librarse de muchas situaciones indeseables.

Todos admiramos su capacidad de fuga. Cualquier psicólogo disfrutaría desentrañando la retorcida personalidad de Jodini si fuera capaz de retenerlo en un diván más de cinco minutos. Una vez, lo acorralamos entre tres en la Cerve. Jodini, está bien que te escaquees del jefe, la familia o nosotros, pero ¿cómo carajo haces para librarte de las monsergas de tu parienta? Y no te mueves de aquí hasta que nos lo cuentes. Jodini comenzó a sudar. Tras el sudor inicial comenzó a ponerse rojo, y cuando el rojo comenzaba a ponerse morado el color habitual regresó a su cara. Entonces, repentinamente se echó las manos a la jeta, el muy mofeta me miró y gritó ¿pero cómo puedes ser tan cerdo, por Dios? Adolfo dime cuánto te debo que esté de aquí nos va a matar a todos.

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