Aneja a la sala de instrumentos de tortura tradicionales se encuentra una repugnante colección de modernos engendros tecnológicos. Entre televisores, motocicletas, sierras radiales y despertadores existe una vitrina donde, de manera similar a esos grabados que muestran las etapas de la evolución del ser humano masculino, se puede realizar un recorrido por el devenir de la telefonía. Desde aparatos pretéritos a dos manos hasta su pérfida y jabonosa actualidad.

El común visitante del Panteón se sorprende al encontrar algo tan cotidiano como el teléfono entre aviesas muestras de productores de dolor. Todos reconocen su providencial utilidad en emergencias, contacto con seres queridos y concertación de citas y servicios. Hay que recurrir a la Guía Completa del Panteón Deslustrado para conocer las razones de su selección.

En la Guía, tras un somero repaso a su historia, se menciona que «a pesar de haber salvado vidas, transmitido maravillosas noticias y solventado adversidades de la más variada muestra, esas pragmáticas bondades no pueden ocultar el negro plumaje del mal agüero que esconde. Suele sentirse afortunado aquel que jamás ha tenido que utilizar un teléfono para pedir una ambulancia, o la concurrencia de policía o bomberos, o informar o ser informado de decesos y accidentes. En cuanto a las buenas nuevas, suelen ser pobres émulos de un imposible cara a cara. La llamada insustancial porta efigie y estampa de la más gloriosas noticias. Oreja recalentada y apática voz mecánica.»

El artículo en la Guía viene respaldado por un serie de datos estadísticos rubricados por el Departamento de Tangibles del Patronato del Panteón Deslustrado. Entre aquellos datos más curiosos destaca la abrumadora mayoría de personas que prefiere dar las buenas noticias en persona. Aunque un número no manco de dichas dichas sean preámbulo de estafas.

También es interesante el gráfico que relaciona obesidad con el uso de servicios a domicilio.

Recoge además la Guía una lista de actividades que han cobrado pujanza desde la creación de la telefonía. La inversión en bolsa, la logística, la colaboración de equipos remotos, la estafa, la amenaza, el acoso, el chafardeo, la conspiración, el espionaje, la intromisión, … por mencionar algunos.

Se indica también en el panfleto que la instalación se encuentra inacabada y en continua mejora. Argumenta que no cesan de aparecer modelos más evolucionados que están consiguiendo acotar aquellas actividades que todavía se habían mantenido al margen de la telefonía. «La independencia, la libertad, el compromiso, la honestidad y otras tantas virtudes de antaño ya no están a salvo gracias a GPSs, cesión voluntaria de derechos irrenunciables, ojos y oídos artificiales y una gran masa de pastores interesados en la lana y carne del rebaño. No se ve luz al final del auricular.» Comentario excesivamente poético en mi opinión, aunque no ajeno a la verdad.

Tasa la Guía, con amargura poética también, a la telefonía de «clavo del ataúd de la humanidad, no como especie, sino como ideal» y conmina a la resignación a todos aquellos infelices que un día fantasearon con un teléfono relegado al olvido tras cualquier foto familiar en una recóndita mesilla polvorea el día que se llegara la jubilación. No hay descanso ante la telefonía.

Gran interruptor de cenas, siestas, encuentros y conversaciones. Hucha de ansiedades. Es también ahora moneda, cotilleo, linchamiento, tute, hurto y papeleo. Doble agente a cualquier postor. Incesante loro y memorión pantagruélico. De paternidad turbulenta, el consentido retoño no ha dejado de darle al maque, consciente de su incapacidad para ocultar su malevolencia. Aspira a todo y nadie puede ni quiere detenerla.

Si usted visita la vitrina sobre la telefonía no dude en hacer uso de los modelos de trasteo situados a su derecha. Si marca 666 podrá escuchar el jocoso mensaje del autor de la instalación recitando un tenebroso «os la he metido doblada, mmmjua, jua, juaaaaaa.»

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Cosas de Viejo
De vocación sus labores, este viejo podría haber hecho algo de provecho si no hubiera sido él mismo. Podría haber sido el peor de los periodistas si no se lo hubiera propuesto. Podría haber sido un gran hombre de ciencia si la inteligencia, el talento, la tenacidad y una mente despierta le hubieran acompañado. Podría haber sido un artista si hubiera gozado de la impostura. Es por eso que es arduo poner notas biográficas de quien apenas ha vivido.

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