Zapatero a tus zapatos dice el refrán castellano al que parece haberle salido un nuevo seguidor: Zlatan Ibrahimovic. El jugador de fútbol sueco es de la opinión de que cada uno debiera limitarse a hablar de lo que sabe y siempre dentro de su área profesional. Y de este modo que recoge Diario As se lanzó a opinar sobre Lebron James, jugador estadounidense de baloncesto muy implicado en distintas líneas de activismo. Aquí va el texto para que usted no tenga que abrir el enlace, aunque la fuente queda ahí:

Sobre Lebron: «Lo que hace es fenomenal, sin embargo, no me gusta cuando la gente con cualquier tipo de ‘estatus’ habla de política. Haces lo que se te da bien. Juego al fútbol porque soy el mejor jugando al fútbol. No hago política. Si fuera político, me dedicaría a la política. Este es el primer error que cometen los famosos cuando sienten que han llegado. Para mí, es mejor mantenerse alejado de estos temas y hacer lo que se te da bien, de lo contrario te arriesgas a no causar una buena impresión».

Más tarde Lebron le respondió, como se puede ver en este artículo de título sensacionalista en el mismo medio. No entro en el titular, aunque también tiene miga, porque tendría que enfocar esta opinión de otro modo. Lo que realmente me interesa es el cantazo que da Ibra y su tratamiento mediático.

Y lo primero que me produce es confusión. Porque según sus comentarios nadie puede opinar sobre nada o hacer nada, hipotéticamente. Si no juego al fútbol nunca lo voy a poder hacer, porque no tengo ni idea. No me meto en política porque no soy político. ¿Cómo puede alguien comenzar a opinar o desarrollar una actividad si nadie ha nacido con experiencia previa en nada? O, ¿tal vez tras un entrenamiento es posible opinar o desarrollar una actividad? Entonces, ¿deben todos los políticos estudiar Ciencias Políticas? A nadie se le hace raro que haya infinidad de economistas, abogados, ingenieros y médicos que forman parte de la clase política y cuya actividad está sólo tangencialmente relacionada con la política. Tal vez han desarrollado cierta experiencia en la materia a raíz de repetidos contactos con la administración pública y asociaciones relacionadas. Parece ser que también es el caso de Lebron. Entonces cualquiera, sea cual sea su origen, puede opinar sobre política si cuenta con algo de experiencia significativa, lo cual no es muy difícil de conseguir.

El cantazo de Ibra también me recuerda al moscardeo de los votantes a los abstencionistas: «no puedes criticar si no votas». Hombre, claro que puedes criticar. Especialmente en política. Lo lleva haciendo todo el mundo desde siempre. No más hay que ver cómo se comportan los animales respecto a sus machos alfa para ver que la opinión política viene desde antes de que fuéramos bípedos.

Opinar sobre política te puede costar la vida, la libertad, el trabajo, el amor o la amistad dependiendo de dónde, cómo, cuándo y ante quién lo hagas, pero como miembro sufridor de las fuerzas públicas o relacionado con ellas de un modo un otro, todo el mundo está facultado para tener una opinión sobre política, da lo mismo que seas Lebron, su chófer, su asistenta, su congresista o su abogado.

Y sin embargo, los párrafos previos, socarrones y demagógicos, beben de las aguas emponzoñadas que los medios remueven. Y que conste que los artículos de As no son tan provocativos ni viperinos como otros de la prensa internacional. Son bastante descriptivos y por eso los tomo como referencia. Pero lo que algunos otros medios quieren con esta polémica artificial es que sepamos que Ibra se ha pasado tres pueblos. Trato de no caer en la retorcida plática oficialista, sobre todo porque me da que Ibra también estaría de acuerdo con algunas de las sornas e inferencias de los anteriores ignominiosos párrafos.

Yo creo que Ibra, en realidad, parece querer decir que se guarda su opinión para sí mismo. Creo comprender lo que quiere decir y el comentario no parece tanto una crítica a Lebron como una declaración personal que esconde el temor a estar diciendo una estupidez sobre un tema que desconoce. Parece más un correveidile malintencionado y pilático por parte de la prensa que una puya de Ibra a Lebron. Ibra está haciendo una llamada a no meter la pata en público metiéndote en camisas de once varas. A no confundir la fama con la sabiduría. Probablemente, desde la ignorancia sobre Lebron y la política, o la más llana humildad, trata de ser comedido y casi se lo comen.

Lo que Ibra ha hecho mal en realidad es responder a una pregunta que casi seguro que era consciente de que le quedaba grande. Lo que tendría que haber dicho, ajustándose más a la retórica que proclama, es: «no respondo a preguntas sobre política o acciones políticas de terceros sobre las que no estoy informado». O mejor. «Por favor, para preguntas capciosas consulte con mi jefe de prensa».

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