Me topo en la red con listas de juegos míticos de Spectrum, Amstrad, Commodore y otras viejas glorias denominadas en Ks. La naranja mecánica vuelve a rechinar de placer con algunos nombres que os quiero raquetear en la mui.
De la lista de Hobbyconsolas recuerdo con un glis de neón en mi columna un gran número de títulos. ¿La Abadía del Crimen el mejor juego para Spectrum? Chape el hoyo quien oposite. Lluvias de similar catadura pero ninguno por encima. Manic Miner maravilloso destrozanervios y parte sustancial del ADN del género de plataformas. La trilogía inconexa de Knight Lore, Batman y sobre todo, sí, sobre todo, Head Over Heels. Saboteur y Target Renegade también eran objeto de pleitesía, ¿os acordáis? Qué extásico finar uno.
Muchos de los nombres se repiten para otras plataformas, pero Barbarian nos daba su aroma de billares en el fósforo verde y no existe pureta, adolescente en aquellas eras, poseedor del original, que pueda olvidar las voluptuosidades de Maria Whittaker. Era parte del juego. En verde también me fluzan de la lista de Meristation, Bomb Jack, Match Day 2 y Fernando Martín. Incompleta lista. Mucho superfluo. Reventando las burbujitas de plástico más a mi alcance hacen pop Ranarama, Green Beret, Split Personalities, Gauntlet, Spy Hunter, Enduro Racer, Jorge Aspar, Jack the Nipper, Space Harrier, R-Type, gran desperdicio de vida ribeteado de oro si se mira desde esta altura.
Los grandes de ahora son mejores que los de antes sólo en su ramo. Matizo. Muchos sabores se quedaron en la despensa cuando la salchicha de frankfurt desplazó a la longaniza de los platos de los niños. Antes no teníamos The Whitcher o God of War. Ahora no tenemos Head Over Heels.
El floppy de dendritas y axones con mis emociones sigue incólume. Aquellos archivos eran más vibrantes que estos. Mayormente gracias a Cronos. Ya se sabe que la primera vez siempre es especial.
