Es la munición de la democracia, un pilar del estado participativo, un referente en el que se apoya la clase política para acometer el trabajo de llevarnos hacia un futuro mejor.

El votante sopesa las distintas opciones políticas en un ejercicio que combina razón y corazón, y que nunca es suficientemente reconocido. El votante examina, uno por uno, lo que ofrece cada partido en su afán por mejorar la vida de todos primero, la de su entorno en segundo lugar y la suya por último. Siguiendo este escrutinio riguroso, el votante siempre se decanta por la mejor opción para el bien general.

Tras los resultados electorales, el votante de la facción política vencedora hace un seguimiento exhaustivo del programa y comprueba que se cumpla. No a rajatabla, pues el votante es consciente de las limitaciones que la gobernabilidad impone, pero sí de las líneas generales que el partido político marcó en su programa electoral. Si un gobierno se desviara ostensiblemente de su programa, el votante, de manera absolutamente tajante, dejaría de apoyarlo con su voto en las siguientes elecciones.

De esta manera el votante actúa como un faro y vigía de la vida democrática de cada país. Trata de hacerse mejor persona y de estar al tanto de la realidad para, de este modo, tomar decisiones más informadas, razonadas y razonables.

La corrupción, la falta de equidad o parcialidad en las decisiones, la injusticia o las acciones veleidosas o temerarias son algunas de las variables que juegan un papel determinante a la hora de retirar o dar apoyo a una opción política.

La mirada del votante va más allá de ideologías o sentimientos a los que determinadas fuerzas políticas podrían apelar, para apoyar sin reservas todo lo bueno que puede aportar cada opción política. Es por ello que el votante suele cambiar la elección de su voto con la frecuencia que la evolución de la sociedad demanda.

Nada sería lo mismo si no existieran los votantes.

O no.

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Cosas de Viejo
De vocación sus labores, este viejo podría haber hecho algo de provecho si no hubiera sido él mismo. Podría haber sido el peor de los periodistas si no se lo hubiera propuesto. Podría haber sido un gran hombre de ciencia si la inteligencia, el talento, la tenacidad y una mente despierta le hubieran acompañado. Podría haber sido un artista si hubiera gozado de la impostura. Es por eso que es arduo poner notas biográficas de quien apenas ha vivido.

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