Los crímenes nazis en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial han sido objeto de numerosas narraciones. Lo han sido y lo serán. Con sus luces y sus sombras. Con el sempiterno riesgo de que parezca una venganza particular hacia los judíos y no hacia cualquier ocupante no ario en las tierras de crianza nazis. Parece ser que fueron exterminados más soviéticos que judíos, y que hubo además balcánicos y gitanos, pero lo cierto es que el exterminio judío es el que ha copado la literatura, el cine, y en esta ocasión, con Maus, el cómic.

La obra de Art Spiegleman, sin embargo, se aleja de la gran mayoría de narraciones en muchas formas. Principalmente recoge el punto de vista de su padre, superviviente de los campos de la muerte. El Spiegleman sénior no es un alma bendita y tiene sus aqueles como cualquier persona. Tras haber sido víctima del racismo nazi, él mismo es un racista con los negros cuando se muda a los Estados Unidos tras la guerra.

Como toda gran obra, no habla de universalismo a través de las masas, sino a través de la experiencia de una persona. Los prejuicios, el individualismo, la fortaleza mental, el instinto de supervivencia, los odios compartidos, los intereses creados, todo ello forma parte de Maus.

No menos importante es su faceta gráfica. En Maus los judíos son ratas, los nazis gatos, los americanos perros, … El truco le permite a Spiegleman dejar de un lado la maldad y bondad inherentes a las recreaciones más realistas. Los gatitos son crueles y las ratas son a veces traicioneras entre sí. Desvestido de la imaginería construida durante más de medio siglo, el entendimiento de la tragedia judía de los campos de exterminio alcanza una sordidez raramente sentida en otras obras.

Maus ha hecho una labor inmensa por dignificar y eliminar la trivialización del holocausto al mismo tiempo que ha hecho crecer enormemente al cómic como forma de expresión adulta. La historieta posee una narrativa propia, como Will Eisner expuso mucho antes, pero al igual que con otros medios sólo en raras ocasiones alcanza todo su potencial. Maus es una de esas raras excepciones ocasionales.

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Cosas de Viejo
De vocación sus labores, este viejo podría haber hecho algo de provecho si no hubiera sido él mismo. Podría haber sido el peor de los periodistas si no se lo hubiera propuesto. Podría haber sido un gran hombre de ciencia si la inteligencia, el talento, la tenacidad y una mente despierta le hubieran acompañado. Podría haber sido un artista si hubiera gozado de la impostura. Es por eso que es arduo poner notas biográficas de quien apenas ha vivido.

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