Para tratar el tema del independentismo catalán tal y como se merece hay que exponer las opiniones de todos los que tienen una opinión y la quieren compartir. Cuando digo todos quiero decir to quisqui en la parroquia del Gengis, el resto no tiene tanta importancia.

El independentismo catalán ha dado tardes gloriosas en la cerve, especialmente en boca de uno de sus más singulares miembros. El Catalán. El Catalán es un asiduo al Gengis. Cada vez que entra en el bar dice, «bona tarda, una caña sis plau.» Y ahí acaba su conocimiento del idioma catalán fuera de las cuatro palabras que se sabe toda España. Nació en un pueblo de La Mancha y sólo ha estado una vez en Barcelona, pero le impactó de tal modo que no pierde la ocasión de hablar de ella.

Naturalmente el Catalán está a favor de la independencia de Cataluña. Su principal razón es que los catalanes son superiores al resto de los mortales y especialmente superiores a la calaña que nosotros representamos. También opina que España sería un país tercermundista si no fuera porque Cataluña está esclavizada por los españoles y que somos todos unos muertos de hambre. Nos llama vampiros y sanguijuelas y está convencido de que el día que Cataluña se independice, o como él dice, se libre de la rémora, pasará automáticamente a formar parte de la élite política y económica mundial.

Eso sí, el Catalán no es del Barça. Según él, sería una falta de respeto para el Barça y Cataluña si él, un manchego de pura cepa, se considerara parte de la hinchada. Ni él ni cualquiera de la chusma que somo nosotros tiene categoría para ser culé, según el catalán.

Obviamente, este despliegue de improperios y provocaciones nos toca de lleno. Nos encanta. Disfrutamos apasionadamente. Las vaciladas que se da con nosotros nos han alegrado el día en más de una ocasión. Y no piensen que es un todos contra uno. Al contrario. Siempre tiene su cohorte de subalternos que le dan la razón a veces y se la quitan otras. La cosa se enciende, explota, se habla de política y cultura. Que si sí, que si no, que no tienes ni ideas, que si Tarradellas, que si Jacinto Verdaguer, que los Pactos de la Moncloa. Bestial. Brutal. Y cuando el ambiente está más encendido, Gengis Khan, el loro, siempre grita «Goooooool de Iniesta» y nos entra la melancolía y tenemos que dejar de discutir.

Si no existiera el independentismo catalán habría que inventarlo. Si no existiera el Catalán, habría que parirlo.

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