Uno de los espectáculos más asombrosos que podemos observar en el mundo es el uso de plumeros, danzas y galanteos en el proceso del cortejo, sin importar su género.

Algunos especímenes hacen gala de sus cantos estentóreamente. Muestran con orgullo su fiereza vocal y confían con ello, además de ganarse a su audiencia, atenazar posibles rivales e incluso ahuyentar a predadores que pudieran interrumpir sus labores amatorias.

La familia de los Avejados es una clara representante de ello. A pesar de que distintas especies despliegan disintas estrategias, es común en todas ellas aferrarse a una temática de expresión que repiten incesantemente hasta conseguir que otros miembros de la comunidad cercana comiencen a imitar y con los que establecen vínculos empáticos. Aquellos individuos que no consienten en replicar el canto serán alienados y buscaran asociarse con otros miembros en la misma situación. Es una complicada red social en la que no pocos especímenes sufren.

Peculiarmente se han hallado miembros que cambian el canto en función del grupúsculo en cuyo territorio se hallen.

Sin embargo, otras especies prefieren la sutileza. Los Ortoraces, a modo de ejemplo, despliegan una variada panoplia de recursos para atraer el mayor numero de potenciales parejas posible. Esta masiva atracción es a su vez el componente esencial de su estrategia para convencer a su pareja.

Un ortoraz de cuello blanco puede ser un cruel juez que abandone el nido si su pareja no consigue mantener un número suficiente de adictos a sus escenificaciones. De entre todos los recursos que utiliza nos sigue fascinando especialmente el galanteo exhibiendo su vibrante encarnado pico en contraste con un plomizo plumaje no siempre visible.

Observar, clasificar y clarificar los plumeros de muchas especies no es tarea sencilla. Pero siempre merece la pena. Y hasta aquí mi disertación sobre los medios de comunicación. En la próxima entrada hablaré de pájaros.

Artículo anteriorPeriodismo
Artículo siguienteLo bueno, si breve, dos veces breve
Cosas de Viejo
De vocación sus labores, este viejo podría haber hecho algo de provecho si no hubiera sido él mismo. Podría haber sido el peor de los periodistas si no se lo hubiera propuesto. Podría haber sido un gran hombre de ciencia si la inteligencia, el talento, la tenacidad y una mente despierta le hubieran acompañado. Podría haber sido un artista si hubiera gozado de la impostura. Es por eso que es arduo poner notas biográficas de quien apenas ha vivido.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Nombre